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Corea del Sur en duelo tras la mortal estampida en Halloween

Al menos 153 personas han fallecido y más de 150 se encuentran heridas, algunas de ellas de gravedad, después de que este sábado por la noche se produjese una estampida en el centro de Seúl. Personas disfrazadas para fiestas de Halloween que huían en pánico, intentos desesperados por brindar primeros auxilios en las aceras, cuerpos tendidos bajo mortajas improvisadas: una celebración en el distrito Itaewon de Seúl se transformó en tragedia en una estampida cuya causa no ha sido explicada, en este distrito popular y cosmopolita de la capital surcoreana, cerca de una antigua base militar estadounidenses y conocido por sus bares y discotecas. Algunos medios locales apuntan la teoría  de que el origen de la estampida podría haberse producido después de que una celebridad no identificada entrase a alguno de los bares de la zona, lo que provocó el nerviosismo entre la gente, que se apresuró a intentar sacar fotos

Decenas de miles de personas, en su mayoría jóvenes con disfraces elaborados de Halloween, llegaron al distrito la noche del sábado para la primera fiesta de Halloween desde el levantamiento de la mayoría de las restricciones por el covid-19. El distrito es un laberinto de callejones retorcidos y empinados a ambos lados de la calle principal.

Las autoridades enviaron un mensaje de emergencia a todos los teléfonos móviles del distrito de Yongsan en el que se instaba a los ciudadanos a volver a casa lo antes posible debido a que se había producido “un accidente cerca del hotel Hamilton en Itaewon”. Algunas publicaciones en redes sociales previas a la estampida ya alertaban de que había más gente de lo normal en las calles.

El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha convocado una reunión de emergencia del gabinete. Por su parte, el alcalde de Seúl, Oh Se-hoon, quien se encontraba de visita en Europa, ha decidido regresar inmediatamente a la capital surcoreana tras el drama, de acuerdo con las autoridades municipales.

Testimonios del drama

La multitud era excepcionalmente densa la noche del sábado, dijeron testigos a la agencia France Presse que pudo recojer testoimonios. Jeon comentó que incluso antes del desastre se sintió inseguro. «Había tanta gente empujándose, yo quedé atrapado en la primera multitud y al principio no podía salir», recordó. «Se sentía que iba a ocurrir un accidente».

Los bomberos indicaron que entre los muertos había 97 mujeres y 54 hombres, y un testigo dijo a la agencia noticiosa Yonhap que las personas pequeñas tuvieron más dificultades entre la multitud. De los fallecidos, al menos 101 murieron tras ser trasladados al hospital, mientras que otras 45 perdieron la vida en el lugar de la estampida y sus cuerpos fueron luego trasladados a un gimnasio cercano, según ha informado la Agencia Nacional de Bomberos,

«Una persona baja como yo no podía ni respirar», expresó una mujer que presenció los hechos. Indicó que sobrevivió porque estaba a la orilla de un callejón.

Transeúntes ayudan

La estampida ocurrió en un callejón estrecho cerca del Hotel Hamilton de Itaewon. Un testigo contó en Twitter que el pánico comenzó cuando la gente «siguió presionando» para entrar a un callejón que ya estaba congestionado. Ello resultó en que «otras personas gritaban y caían como piezas de dominó», dijo el usuario con el nombre de «jkaesthet1x».  «Pensé que moriría aplastado porque la gente siguió empujando sin darse cuenta de que había gente cayendo al inicio de la estampida», agregó.

Ante el enorme número de víctimas, los socorristas pedían a los transeúntes ayudar a brindar primeros auxilios a las víctimas en la calle.

Los cuerpos de la gente que murió aplastada o pisoteada estaban tendidos en fila, cubiertos con mantas o mortajas improvisadas.

Centenares de ambulancias se alinearon frente al Hospital de la Universidad Soon Chun Hyang, a donde fueron llevadas numerosas víctimas.

En el sitio, acordonado por la policía, la música continuó tocando desde algunos de los bares.

Transeúntes se sentaban en la acera revisando sus teléfonos móviles. Algunos se daban abrazos de consolación mientras otros, al parecer sin saber la magnitud de la tragedia ocurrida a su lado, continuaban celebrando.

Los investigadores policiales registraron el callejón cubierto de escombros.

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